Arquitecto del momento, por aquel entonces Piero Portaluppi dejaba trazos indelebles en la capital lombarda: de la Banca Commerciale, el Planetario y el Palazzo Crespi, al proyecto «Casa del sabato per gli sposi» presentado en la V Trienal con BBPR, Umberto Sabbioni y Luigi Santarella.
Para la familia Necchi Campiglio, que se trasladaba a Milán desde Pavía, era la elección perfecta para construir una casa-manifiesto. Símbolo de pertenencia a la elegante burguesía industrial milanesa de los años treinta, con amplios espacios para recibir a los invitados, un gran jardín con pista de tenis y una piscina climatizada, la primera que se construyó en la ciudad.
Las superficies de mármoles variados se encuentran en Convivium, la elegancia sobria de los ambientes iluminada por detalles preciados en Lavish, la presencia de la naturaleza que invade el porche acristalado pensado como un jardín de invierno en Amelié y Kama, la sobriedad de la arquitectura en Spectrum. Todos ellos elementos de un nuevo decorativismo sobrio, pero sugestivo, que mira al presente reevaluando el recuerdo del pasado.